ODIO LA PALABRA «DIETA»

Quizás resulte sorprendente que escriba un artículo con este título, pero sinceramente creo que el término «dieta» debería reservarse para un grupo específico de personas en circunstancias particulares. La mayoría de nosotros no deberíamos usar ni aplicar este concepto en nuestra vida diaria. A continuación, veremos por qué pienso así.

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¿QUÉ ES UNA DIETA?

El término «dieta» engloba el tipo y la cantidad de alimentos que consumimos durante un período específico para alcanzar ciertos objetivos. Sin embargo, este concepto conlleva varios problemas que a menudo pasan desapercibidos y que considero fundamentales para comprender por qué, en muchos casos, las dietas están destinadas al fracaso desde el principio.

Vamos a verlos.

IMPLICA TEMPORALIDAD

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El problema radica en que muchos relacionan la palabra «dieta» con temporalidad, sin comprender que al abandonarla y volver a los hábitos alimentarios anteriores, simplemente regresarán al punto de partida o incluso empeorarán su situación.

Recuerdo una frase que me dijeron hace tiempo y que considero perfecta: «si estás siguiendo una dieta que no te ves manteniendo dentro de 3 años, deberías abandonarla de inmediato». Estoy totalmente de acuerdo con esta afirmación.

En la mayoría de los casos, una dieta no debería ser un cambio temporal, sino un compromiso a largo plazo. Por lo tanto, preferiría utilizar el término «reestructuración alimentaria».

¿Realmente creen que una persona que pesa 160 kilos debería simplemente «ponerse a dieta»? ¿O debería cambiar radicalmente su estilo de vida de manera inmediata y permanente? Si alguien está consumiendo 7000 calorías al día, ¿qué debería hacer? ¿Simplemente comer bien durante un tiempo y luego volver a sus antiguos hábitos? Creo que las respuestas a estas preguntas son evidentes.

SUELE GENERAR URGENCIA

Otro desafío evidente de las dietas es la impaciencia por obtener resultados rápidos. Muchas personas que comienzan una dieta, arrastrando malos hábitos alimenticios y falta de ejercicio durante años, esperan que la dieta resuelva todos sus problemas en un mes, preferiblemente sin la molestia del ejercicio.

¿Qué sucede entonces? Es obvio que en un mes no verán los cambios deseados, y al no lograrlo (debido a expectativas poco realistas desde el principio), es probable que se desanimen y abandonen. He presenciado esta situación innumerables veces, y mis colegas seguramente podrían confirmarlo.

Si has estado siguiendo un estilo de vida poco saludable durante años, con malos hábitos alimenticios, falta de ejercicio y poco descanso, no pienses que cambiar a una dieta de arroz y pollo durante cuatro semanas, junto con un repentino aumento en la actividad física, resolverá tus problemas. Si bien es un buen comienzo, los resultados vendrán con paciencia y dedicación constante.

Y aquí surge nuevamente la pregunta: una vez que hayas logrado algún progreso, ¿qué seguirá después? Si vuelves a tus antiguos hábitos, te garantizo que volverás a estar exactamente en el mismo punto en poco tiempo.

Albert Einstein alguna vez dijo que la definición de locura es hacer lo mismo una y otra vez, esperando obtener resultados diferentes.

MALA ESTRUCTURACIÓN

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Este desafío surge como resultado de los dos problemas anteriores.

Cuando se busca una solución temporal y urgente, la gente tiende a recurrir a dietas deficientes en varios macronutrientes y micronutrientes, con un aporte calórico insuficiente.

Esto solo proporciona una satisfacción momentánea, pero no conduce a una victoria a largo plazo, que debería ser el objetivo principal. Ejemplos claros de estas dietas son la dieta de la piña o la dieta del tomate, que personalmente detesto y que tienen numerosos seguidores.

Frases como «pierda hasta 5 kilos en 2 días» atraen la atención de muchas personas. Sin embargo, si suena demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo sea.

Lo que realmente se pierde son líquidos principalmente. No es una pérdida real de tejido adiposo, que debería ser el objetivo principal. Además, incluso si hay alguna pérdida de grasa, también puede resultar en una pérdida de masa muscular, lo que empeora la composición corporal.

Y nuevamente, ¿qué sucede después? Cuando dejas de seguir una dieta que te obliga a comer únicamente piña durante una semana, ¿qué crees que sucederá? ¿Realmente crees que no recuperarás todo el peso que perdiste? ¿Esperas mantener una pérdida de peso permanente de 5 kilos?

La pérdida de peso asociada con ciertos métodos viene intrínsecamente vinculada a esos métodos. En el momento en que dejas de seguirlos, los resultados desaparecen. Si estás considerando una dieta solo para engañarte a ti mismo de esta manera, te sugiero que vayas a la sauna y te pese después. Puedes perder peso temporalmente, pero al menos habrás comido lo que realmente deseabas.

EFECTO REBOTE

Las dietas vienen con eso, y todos somos conscientes de ello. Tal vez algunos esperen o crean que no les sucederá a ellos. Pero déjame decirte que si no sigues las pautas adecuadas, lo más probable es que experimentes el mismo resultado.

Cuando te sometes a una dieta extremadamente restrictiva y temporal, creas las condiciones perfectas para el efecto rebote:

  • Los niveles de leptina disminuyen, lo que aumenta considerablemente el apetito.
  • Con la disminución de la leptina, también disminuye el metabolismo basal, lo que significa que quemamos menos calorías.
  • La disminución de la leptina también conlleva una reducción en la lipólisis.
  • La sensibilidad a la insulina en las células adiposas aumenta, lo que facilita la absorción y almacenamiento de nutrientes.
  • Aumenta el cortisol y la grelina, hormonas asociadas con el aumento del apetito y la acumulación de grasa.
  • Se produce una pérdida de masa muscular, lo que ralentiza aún más nuestro metabolismo.
  • La actividad de la glándula tiroides disminuye, lo que reduce nuestra tasa metabólica.

Como mencioné anteriormente, esto crea un ambiente que favorece el aumento de grasa una vez que vuelves a tus hábitos alimentarios anteriores. Es muy probable que termines con un cuerpo peor después de una dieta mal diseñada: más grasa y menos músculo.

Esta es otra razón para evitar las dietas drásticas y temporales.

¿QUIÉN DEBERÍA PENSAR EN DIETA?

Existen situaciones en las que seguir una dieta es lo más adecuado.

Por ejemplo, alguien que va regularmente al gimnasio y busca aumentar su masa muscular necesitará seguir una dieta de volumen durante un período específico. Lo mismo ocurre si desea definir su musculatura.

Las personas que atraviesan una situación temporal, como un accidente, pueden necesitar seguir una dieta específica para su recuperación, lo cual es perfectamente aceptable.

Además, aquellos que padecen enfermedades con brotes, como la enfermedad de Crohn, también deberán adaptar su alimentación según la fase de los brotes.

RESUMIENDO

Las dietas están diseñadas para situaciones específicas y temporales, pero para aquellos que buscan un cambio duradero en sus vidas, en mi opinión, deberían eliminar la palabra «dieta» de su vocabulario y en su lugar enfocarse en reestructurar sus hábitos alimenticios, de ejercicio, descanso y estilo de vida en general.

Además, es importante abandonar la mentalidad de querer resultados inmediatos y adoptar la paciencia y la constancia. Se trata de cambiar radicalmente el estilo de vida de manera permanente. En última instancia, lo que se logrará son beneficios y ventajas duraderas. Pruébalo y luego cuéntame cómo te va.

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